Lola y el chico de al lado

Me imagino a Stephanie Perkins frente al ordenador escribiendo Lola y el chico de al lado, como una hechicera se pone frente a su caldero para crear un nuevo conjuro, en este caso, lleno de pequeños ingredientes que hacen que el resultado sea, como no podía ser de otra manera, mágico.

Y es que Lola y el chico de al lado (Plataforma Neo) es una novelita con muchos ingredientes (dulzura, picardía, extravagancia, irreverencia, amor, humor, ternura) que mezclados y bien removidos nos dan la historia de Lola, una chica diferente, irreverente, original e incluso extravagante a veces, muy diferente a la mayoría de las protagonistas de 17 años a las que estamos acostumbrados; que sueña con ser diseñadora de moda, a la que le encanta la ropa brillante, con colores llamativos y estampados divertidos y que tiene un novio, Max, que toca en un equipo de música y es mayor que ella, cosa que no le gusta en absoluto a sus padres (aunque claro, eso a ella le da igual porque está convencida de que es el amor de su vida, ése con el que toda chica sueña). Sin embargo, las cosas comienzan a cambiar en su mundo aparentemente perfecto cuando en su vida reaparece Cricket Bell, un chico del pasado que viene dispuesto a enmendar errores y curar (o reabrir) viejas heridas.

Lola y  el chico de al lado es una novela fresca, con mucha magia y buen humor, con muchos ingredientes especiales que fluyen en una narración sincera y amable por parte de su autora. Los personajes son redondos y reales, evolucionan y se equivocan y la historia se va leyendo a bocados largos, saboreando cada página con la atención que se merece hasta que acaba en menos tiempo del que seguramente hubiéramos deseado. Muchas chicas pueden sentirse identificadas con Lola, con sus inseguridades, sus dudas y sus situaciones, tan cotidianas que casi parece que la que está al lado es ella, porque está bien construida por su autora y es coherente y perfectamente podría ser nuestra vecina.

Pero no solo la protagonista es un personaje memorable. Cricket y Max, los culpables de los dilemas de Lola, tienen su parte de magia en la historia, y los padres de la chica, Nathan y Andy, le dan otro toque singular y especial que hace a esta historia aún más diferente, porque Perkins ha tratado con naturalidad su homosexualidad y eso es un paso grande en la literatura juvenil, y ojalá sigan apareciendo libros en las editoriales que traten con la tolerancia e igualdad que se merecen estas relaciones. 

En definitiva, si tenéis la oportunidad, haceros con este libro. No tendréis tiempo de arrepentiros.

2 comentarios:

  1. ¡Holaa! :3
    Quizá lea este libro más adelante pero de momento aún ni siquiera he leído el primero xD
    ¡Un beso!

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    1. Muchas gracias por comentar (creo que eres la primera) ^^ ¿Primera parte? No hay ninguna primera parte >.<

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Di: "Hola" y deja tu comentario :)

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